La perspectiva económica mundial nos invita a reflexionar ante la posibilidad de un menor crecimiento económico y menos inflación para la región latinoamericana.
Los expertos que estudian la región, visualizan que se van a producir menos bienes y servicios. Por lo tanto, habrá menos empleo formal en una región donde la mitad de la fuerza laboral trabaja en la informalidad, lo que significa que vive con lo que puede conseguir al día, sin un salario fijo ni contrato laboral.
Así luce el panorama, en medio de un escenario internacional en el que las economías de países como China y Estados Unidos, también han disminuido su ritmo de crecimiento.
“Seguiremos viendo economías resilientes, con indicadores estables, pero lamentablemente el nivel de crecimiento permanecerá bajo”, declaró a BBC Mundo William Maloney, economista jefe para América Latina del Banco Mundial.
El entorno económico mundial parece desafiante, ante un menor intercambio comercial de la región con otras partes del mundo, acompañado de un bajo consumo interno y las huellas que dejaron las altas tasas de interés.
Según proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento económico latinoamericano podría ser de 2.3%. De acuerdo a la proyección de crecimiento que hace la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), calcula que la región registrará un aumento de la actividad económica de apenas 1.9%, con América del Sur.
Por su parte la inflación seguirá desacelerándose, según los expertos, los peores momentos de la ola inflacionaria que recorrió el mundo después de la pandemia quedaron atrás.
Al comparar la región con el resto del mundo en términos inflacionarios, se tiene una opinión bastante alentadora ya que los niveles en Latinoamérica son más positivos que la media de la inflación en los países que integran la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). La Cepal proyecta que la inflación en Latinoamérica será de 3.8% y el próximo de 3.2%.
Aunque el panorama pareciera poco alentador, las tendencias económicas vienen acompañadas de oportunidades que la región puede aprovechar. Se visualiza que “existe una oportunidad enorme para la generación de empleo con la transición verde”, según Sebastián Nieto, jefe para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE.
Si Latinoamérica invirtiera cerca de tres puntos porcentuales del Producto Interno Bruto en los sectores verdes, no solo se reducirían las emisiones de CO2, sino que se crearía empleo formal. Según las últimas investigaciones, con ese nivel de inversión es posible aumentar en 18% el empleo en la producción sostenible de alimentos o 14% en el transporte.
“Hay que invertir de manera muy focalizada, y no solo invertir en capital físico sino también en capital humano”, afirmó Nieto. A su juicio, la región tiene un potencial muy grande, porque un tercio de la energía latinoamericana es renovable, lo cual se considera bastante alto a nivel internacional.
Por su parte William Maloney del Banco Mundial tiene una opinión similar: «América Latina tiene la matriz eléctrica más limpia del mundo, reservas abundantes de minerales importantes, como litio y cobre, y la posibilidad de generar hidrógeno verde, además de abundantes reservas forestales”, señaló el economista.
El reto y el punto clave del tema es ¿cómo lograr financiar las iniciativas que le permitan a la región integrarse a la transición energética?, y la respuesta a esta interrogante depende directamente de la voluntad de cada gobierno.
*Fuente: BBC Mundo, Qué pasará con el crecimiento económico y la inflación en América Latina en 2024 (y cuál es «la gran oportunidad» que la región puede aprovechar).