El MV Genco Picardy, un buque granelero estadounidense, se sumó a las víctimas de los ataques de los hutíes en el mar Rojo el 17 de enero. Estos ataques han convertido a esta ruta, una de las más concurridas del mundo, en la más peligrosa de transitar. Desde noviembre, los hutíes han dirigido sus ataques a los buques que atraviesan el estrecho de Bab al Mandab, un canal entre el noreste de África y Yemen.
Los hutíes afirman estar atacando a barcos relacionados con Israel en represalia por la guerra en Gaza, utilizando desde secuestradores hasta misiles y drones. El MV Genco Picardy, que transportaba roca fosfórica, sufrió un incendio provocado por un dron, pero su tripulación resultó ilesa y logró extinguir el fuego.
La situación se complica con la gran cantidad de buques comerciales que transitan por esta ruta. Cerca de 300 buques entran en la zona más peligrosa del mar Rojo diariamente, lo que representa entre 15 y 25 personas a bordo de cada uno. Esto ha llevado a muchas empresas navieras a evitar la zona por completo, optando por desvíos largos alrededor del continente africano en lugar de pasar por el mar Rojo y el Canal de Suez en sus viajes de Asia a Europa.
Estos desvíos añaden miles de millas y de 10 a 12 días de navegación a cada viaje, con costos financieros y ambientales significativos. Sin embargo, para evitar los riesgos de ataques, muchas empresas han optado por esta alternativa.
Los hutíes han atacado varios tipos de buques, desde petroleros hasta graneleros y portacontenedores. Esto ha llevado a operaciones militares de Estados Unidos y Reino Unido para proteger las naves y disuadir a los hutíes.
La crisis del mar Rojo afecta la economía mundial, con posibles aumentos en los precios de los bienes y retrasos en las entregas. Sin embargo, los expertos creen que las cadenas de suministro son resilientes y que las empresas de transporte pueden encontrar formas de adaptarse.
Se espera que la crisis dure meses, con incertidumbre sobre su duración exacta. Además, el aumento del tráfico marítimo y los desvíos largos también tienen un impacto ambiental, generando más emisiones de carbono y afectando a las poblaciones marinas locales.
A pesar de los desafíos, los expertos creen que el ataque hutí al comercio mundial no destruirá las cadenas de suministro, pero sigue siendo una grave amenaza, especialmente para los marinos cuyas vidas están en riesgo.
*Fuente: BBC News Mundo, El complejo y costoso desvío de 6.500 km que deben tomar los grandes cargueros para evitar los ataques en el mar Rojo